CUANDO UNA CANCHA DE FÚTBOL SE CONVIERTE EN UN RING DE BRUTALES E  INOLVIDABLES BATALLAS

¿Qué esperamos de un partido de fútbol? Obviamente, el triunfo del equipo amado y la derrota del equipo contrario (de preferencia el archirrival), y ojalá, por la mayor diferencia de goles posible. Claro, esa es la respuesta política- mente correcta, ¿no? Pero también subyace un deseo oculto por el estallido de alguna batahola (en lo posible escandalosa), ser el espectador privilegiado de un evento del que se hablará por mucho tiempo y también jactarse ante quienes solo podrán acercarse a tan magno evento a través de lejanos compactos que restan adrenalina a la experiencia.

Asi damos inicio a un viaje por aquellos partidos que resaltaron por su violencia: brutales marcajes, terribles entradas y temerarias jugadas que provocaron la degeneración de los partidos en infames espectáculos. Así emergen inolvidables episodios como la «Batalla de Santiago» en 1962 o la legendaria «Batalla de Burdeos» de 1938. Tampoco olvidaremos aquellas «noches de copa» con grotescos desenlaces ni menos el feroz marcaje de Claudio Gentile a Diego Maradona. Todos estos eventos y más unidos bajo la misma premisa: la abrumadora indiferencia por la integridad física del rival de turno.

PUES BIEN, YA HABIENDO LEIDO ESTA INVITACION, TE DOY LA BIENVENIDA A SUENAN EL PITAZO Y LA CAMPANA.