Escribir significa tener el valor y generosidad, primero para enfrentar el desafío de la “hoja en blanco”, como una puerta que se abre para recibir las emociones, ideas y vivencias del autor y, para compartir algo que es particular y no siempre reconocible por los eventuales lectores, más cuando el escrito, una obra que expresa la intimidad propia de las sensaciones, actuales y pasadas en lo formal, las que hoy son libremente puestas a disposición de cada uno de nosotros.

Los relatos contenidos en este libro, recorren variadas instancias de la vida de quien las redacta, abriendo un sinfín de posibilidades para su comprensión y aprehensión, donde existen múltiples alternativas para su abordaje, desde la estructura formal seguir un orden temático, en una lógica lineal y ella mantenerla al momento de introducirnos en sensaciones que nos develan experiencias significativas y vitales, o aceptar el reto de la libertad y quizás, de manera incluso aleatoria, en un juego con las páginas ya escritas abrir este objeto y comenzar el trabajo o el goce de indagar desde cualquiera de sus páginas, sin mediar índices ni otras indicaciones estructuradas, que suelen acomodar nuestra
disposición frente a las diversas realidades, iniciar su lectura.

Este obsequio de Francisco, nos permite conocerlo un poco más, y con ello comprender aspectos esenciales de su vida y sueños, fundamentos sobre los cuáles se despliegan sus motivaciones, maneras de ver y enfrentar la vida, compromisos que asume, resultados que obtiene y la forma como se van consolidando esas convicciones, muchas de ellas presentes en este libro.

Miguel García Monge

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